La buena onda del Lunes

Así como haciendo una especie de 2da parte de la crónica del buen DonSr, hoy me enorgullesco en presentarles "La buena onda del Lunes". El primer día según algunos, el segundo según otros, en fin. Un día que de buena onda no tiene mucho, al menos a mi parecer, pues significa que se acaba el fin de semana y que empieza otra ronda de sufridos días, llenos de obligaciones y que esto y lo otro. Un día para reencontrarse con el buen compañero de trabajo, colegio o universidad, o para tomarse el primer cafecito de la semana. Ese día en que empiezan a volar los correos con peticiones, plazos y fechas varias, para aterrizarte del fugaz vuelo de fin de semana.

Uno como cualquier otro. Yo por mi parte me las tiré, y disfrute de un sueño dominguero como pocas veces lo hago. Celebramos el cumpleaños de Mr. Anderson, 2 veces. Nos dimos el lujo de correr a las 3am compitiendo por quien se adentraba más en el mar antes de que lo pillara la ola. Supongo que cada uno lo pasa como puede... desde los que van incondicionalmente a misa, hasta los que las hacen de milicos de fin de semana. Pienso en mi hermano, y es el que menos la goza el día fomingo en la defensa civil. Pobre.

En fin. Dejo la filosofía barata para adentrarnos en el real problema de hoy, primer día de la semana, día ñe. Queridos lectores... ¿habían pensado en el alma del ser humano, cómo en un compuesto gaseoso, limitado, que fluye por la puerta trasera de nustro inmaculado templo llamado cuerpo? Onda, que nuestro tiempo en este planeta estuviese determinado por ese animal, saludable, desagradable para el resto, peo?
Es re fácil de entender. Somos un ser humano, como este:

Busquen "cuerpo" en imaganes de google, saldrá algo como esto

Ahora, tenemos nuestra alma, como se ilustra a continuación:


Y luego, la expulsamos con gracia y belleza:

Una lesbiana expulsando su alma de macho por ya sabemos donde.

Así que piensenlo. Cada vez que se ponen a rezar como nuestro amigo el "Farting Preacher", puede que estén perdiendo valioso momentos de sus vidas. Quizás ni la nicotina pueda llegar a igualar en magnitud el daño que nos estamos causando cada vez que nos relajamos más de la cuenta (o nos esforzamos). No digo que debamos evitar a toda costa aquel agradable momento, pero piensen en ustedes más que en el resto cuando suceda. Como dijo Chambón: "...no hay nada más rico que tirarse un peo en clases, y hacerse el weón."

Eso es bastante divertido, inténtenlo.

Pantruco