el costo de lo gratuito

Ando medio meditabundo... pensando en casi puras weás... y en eso, me puse a pensar en la internet. ¿Te imaginai si el flaite que lo inventó lo hubiera patentado? Quizás no se le ocurrió en el momento... quizás espía blogs que lo citan como el peor idiota del mundo por eso mismo, quizás Bill Gates se rie en su cara, quizás arma aviones a escala. El punto es que este hombre no lo patentó, y que (a gusto del reporterNO favorito de mi pieza) es gracias a este error (o como prefiero creer, una "donación filantrópica a la humanidad" [insertar colores y arcoiris]) que nace nuestra generación en pañales. Este tipo, Berners-Lee, científico de CERN (en Genova), pone especial atención en la necesidad de compartir información de forma más eficiente, y como diría la Pantruca, "puro weando", creó la WWW. Okei, tiene su cháchara, y no la patenta. Resultado: el terrible invento a disposición de la humanidad. El nivel de desarrollo que este invento ha alcanzado genera cierta atención, porque la gran novedad...

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La evolución de siglo a siglo. (o "qué tanto cambiaron las cosas del siglo XX al XXI")

Bueno... estuve pensando en cómo empezar esto... cuando vi "Metropolis" (la muda de 1927) y veía los biplanos llenando el cielo de una urbe llena de rascacielos, quedé con ese intento de concepción del futuro de lo que eran casi 81 años atrás, y mi bisabuela, a sus casi 95 años, que quizás pensaba que el mundo iba a ser así... ¿se habrá decepcionado? Viajemos más adelante, al año 99, precisamente al 31 de diciembre de ese año. Yo todavía vivía en el glorioso Vilcún 950, población Coviefi, Antofagasta. En ese pasaje residíamos los baluartes, las personas más emblemáticas (porque cuando nos fuimos, ese pasaje como que se anduvo muriendo un poco), estaba el Camilo Román, el Pablo Jabalí, los Mena, y el Voni. Y este último acompañó a su papá a la ferretería, cámara en mano, y relató lo siguiente: esta es la última vez que cerremos la ferretería durante este siglo... mañana será ya otro siglo. A esas alturas, yo ya tenía la sospecha de que el otro siglo sería casi la misma weá, salvo...

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