Nota al principio: Llevo harto rato escribiendo sobre este tema, y al final tengo un mamotreto terriblemente largo, así que para hacerlo más legible, lo pondré por capítulos. Eso... ya no webeen y lean lo de abajo!
Ya, me disparé. Estaba leyendo comentarios antiguos en mi flog, y me acordé de un montón de cosas que pensaba entonces. La vida era diferente, me trataba de otras formas, nos abofeteaba de lado con efecto retardado tirando top spins y nos mandaba a girar sin fin, y lo veíamos de formas diferentes, porque uno se adapta a la época. La cosa es que me puse a pensar en la gente que me acompaña desde entonces, y cuánto le estimo, al grupúsculo original y los personajes secundarios que de a poco se vuelven protagónicos, y las aventuras que he tenido desde entonces. Uno se hace de anécdotas, de historias de bolsillo, de esas que te garantizan la atención de la mesa en el local que las cuentas, y al final yo que soy de papel maché con superficie absorbente, agarro tantas historias como puedo y las transmito a la humanidad, porque de eso se trata, compartir para recibir y generar lazos inquebrantables entre tus compañeros... una comunidad de papel maché absorbente de historias.
En esos arranques locos pensaba en la gente que compone las historias, y en aquella vez que el Chico se indignó porque no explicaba quiénes eran los personajes de mis aventuras (y en su momento lo encontré una tontera, pero ahora que lo pienso, no es tan así, si son mis artistas principales, debieran tener la marquesina completita para ellos) y decidí escribir sobre la gente que me rodea. Este ejercicio podría parecer tedioso, pero no lo es para nada... me gusta la idea, y quizás faltará espacio para poder referirme a todos mis indios. Iré sin orden definido, contando sobre cada uno lo que me parezca en su momento, porque no tengo tanto cráneo para pensarlo todo al mismo tiempo (que es como mezclar las plasticinas todas juntas en esa bola verdicafé que tanto me gustaba, pero que para efectos prácticos no es fiel reproducción de mis intenciones ni sentimientos, hoy por hoy).
Comienzo.
Valpos:
Tribu re loca, gente seria y con buenas intenciones, buenos para el webeo cuando corresponde y cuando no corresponde igual webean. Todos cabros del primer nivel. Entre esos cuento a la Pantruca, el líder nato, un weón a toda raja, totalmente fuera de este mundo. Cabro desinteresado, no le importa irse a pérdida, si con eso puede hacer un bien a quien lo necesita, y muchas veces se le necesita. Es nuestro soporte técnico por excelencia, y nunca ha negado una sonrisa o un buen comentario cuando se ha requerido. Uno de los más especiales. Camilo (Cameliox, Heliox, Melaiox, y todas esas variantes del nombre) por su parte es un hombre más rudo, pero no menos especial. De tener que etiquetarlo, diría que es el balde de agua fría, el weón pesado pero agudo y muchas veces necesario, un cable a tierra tantas veces requerido por la tropa de personas que configura ese mundillo tan diferente, y que por eso mismo lo hace un valor único. Quizás a veces nos confunde, pero de todas formas está ahí cuando se requiere, y es capaz de decirte la verdad sin tapujos, no de los modos que todos quieren, pero la verdad es eso, y no está hecha para ser linda, sino para ser verdad y punto. Este año se incorporó Mandy, lo clasificaría como el corazoncito del grupo. Este cabro vale su peso en oro, y sí que pesa, es un tremendo weón con ganas de quererlos a todos, y su apodo de "tío" lo describe, es uno de esos seres que te hace sentir en familia cuando lo tienes cerca, y esa sensación es del paraíso cuando estay lejos del hogar en el que creciste. Una adquisición valiosísima en el último año, si me preguntan a mí. Juntos estos cabros generan un grupo de personas de esas que te dan como vida, son grandes chatos, mis hermanos de batallas inconclusas y antibélicas, luchas a muerte sobre el origen de la escritura y compañeros de aventuras ñoñas en Internet, y por qué no decirlo, lo más cerca a casa que uno tiene estando en otra casa (o como dice el término, "home away from home"). Tantas cosas se me pueden quedar en el tintero, pero es porque la calidad de sentimientos que estos pescados generan es increíble y a veces se define con una frase rockera:
Weón, son los mejores.
Y continuará.
