Un paseo por Racoon City

Sábado, 6:00 A.M, ya estoy en pie, puesto y dispuesto a ducharme y prepararme para asistir a una poco entretenida sesión de laboratorio de física. ¿Sábado? Así es, mala la wea.
La cosa es que dije "ya, ni cagando llego tarde", asi que estaba saliendo del depa como a las siete, con tiempo suficiente para esperar la micro que sube el cerro porque me da paja subir la escalera de la u.

Y es aquí donde comienza mi aventura, corta y estúpida (tres cuadras de "acción" imbécil). Apenas doy unos cuantos pasos por la calle, comienzo a esuchar murmullos a lo lejos, onda asi como lamentos, como cuando uno molesta a alguien que dice una estupidéz. Aumentan los murmullos, y puedo ver a los primeros grupos de una suerte de muertos vivientes sedientos de sangre abalanzandose sobre mi, otros caminando sin dirección alguna, muchos chorreando liquidos que seguramente pertenecieron a algun pobre cristiano con mala suerte. Más de alguno me trata de de decir algo antes de atacar "¿hermdo-mmma-u-nea?", "¿qué weá? ¡Alejate de mí, demonio!" les respondo.
Sin arma alguna, y con la terrible obligación de no llegar tarde a la u, mi unico camino era avanzar a través de los cuerpos sin alma que se ponian ante mi. Esquivando a la muerte en cada paso que doy, rogando que la micro no demore... ¡oh yeah! ¡ahí estas, micro! Y de un salto medio loco, con pase y monea' en mano, escapé del mismisimo infierno.
Ya más tranquilo pagando mi boleto, me dispongo a buscar un asiento en una micro supuestamente vacia... pero en el rincón más obscuro del bus... ¡oh no! se divisan las piernas de otro de estos seres de ultratumba... demasiado ebrio como para presentar peligro.

¡Cualquier zombie wnooo! Menos mal salí vivo de esa, me pasa por flojo y hecharme los laboratorios. Parece que estuvo weno el carrete del vierneeees, ¿ah?, ¿ah?. Claro, y uno que carretea con sus guías de física.

Gracias a Dios nadie fue mordido... creo.